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Ejercicio Vivencial en Risoterapia

La risoterapia, también conocida como terapia de la risa, es una técnica terapéutica que utiliza la risa y el humor como herramientas para mejorar el bienestar emocional y físico de las personas. Basada en la premisa de que la risa tiene efectos beneficiosos en el cuerpo y la mente, la risoterapia se ha utilizado en diversos contextos, desde clínicas y hospitales hasta talleres y sesiones grupales.

Fundamentos Teóricos de la Risoterapia

La risoterapia se sustenta en varios principios científicos y psicológicos. Desde una perspectiva fisiológica, la risa provoca una serie de cambios beneficiosos en el cuerpo. Según Fry (1994), la risa aumenta la oxigenación del cerebro y los tejidos, mejora la circulación sanguínea y fortalece el sistema inmunológico. Además, la risa libera endorfinas, neurotransmisores conocidos como «hormonas de la felicidad», que inducen una sensación de bienestar y alivian el dolor (Berk, Tan, & Fry, 1989).

Desde el punto de vista psicológico, la risa puede reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. Martin (2001) señala que el humor y la risa pueden servir como mecanismos de afrontamiento, ayudando a las personas a ver las situaciones difíciles desde una perspectiva más positiva y menos amenazante. En el contexto social, la risa promueve la cohesión y fortalece los vínculos entre los individuos, facilitando la comunicación y la cooperación (Gervais & Wilson, 2005).

Ejercicio Vivencial de Risoterapia

A continuación, se presenta un ejercicio vivencial de risoterapia diseñado para un grupo de participantes. Este ejercicio tiene como objetivo principal promover el bienestar emocional y físico a través de la risa y el humor.

Preparación
  1. Entorno: El ejercicio se realizará en un espacio amplio y cómodo, con sillas dispuestas en círculo para facilitar la interacción entre los participantes.
  2. Duración: El ejercicio tendrá una duración aproximada de 90 minutos.
  3. Materiales: Se utilizarán accesorios divertidos como pelucas, gafas de broma, narices de payaso y pelotas blandas. Además, se preparará música alegre para ambientar la sesión.
Introducción
  1. Presentación: El facilitador de risoterapia comienza presentándose y explicando brevemente los beneficios de la risa y el objetivo del ejercicio.
  2. Calentamiento: Se realizarán ejercicios de calentamiento físico y vocal para preparar a los participantes. Estos incluyen estiramientos suaves, respiración profunda y vocalizaciones simples como «ja», «je», «ji», «jo», «ju».
Desarrollo del Ejercicio
  1. Juego de Presentación: Cada participante se presenta al grupo de una manera divertida, utilizando los accesorios disponibles. Por ejemplo, pueden ponerse una peluca y presentarse con una voz graciosa.
  2. Dinámica de Imitación: El facilitador invita a los participantes a caminar por el espacio imitando a diferentes animales o personajes cómicos. Esta actividad fomenta la creatividad y rompe el hielo entre los participantes.
  3. Risa Falsa y Contagiosa: Los participantes se sientan en círculo y, por turnos, comienzan a reírse de manera fingida. La risa falsa tiende a volverse auténtica y contagiosa, creando un ambiente de alegría y relajación.
  4. Pelota de Risa: Se utiliza una pelota blanda que se pasa entre los participantes. Quien recibe la pelota debe decir un chiste corto o una frase graciosa antes de lanzarla a otra persona. Esta dinámica ayuda a liberar tensiones y fomenta la espontaneidad.
  5. Improvisación Cómica: En parejas o pequeños grupos, los participantes realizan breves escenas de improvisación cómica. Se les da una situación cotidiana y deben exagerarla o añadirle elementos humorísticos. Esta actividad estimula la creatividad y la colaboración.
Reflexión y Cierre
  1. Compartir Experiencias: Al final del ejercicio, los participantes se sientan nuevamente en círculo y comparten cómo se sintieron durante la sesión, qué les hizo reír más y qué cambios notaron en su estado de ánimo.
  2. Relajación Final: Se realiza una breve sesión de relajación guiada, con respiración profunda y estiramientos suaves, para ayudar a los participantes a volver a un estado de calma y reflexión.
  3. Conclusión: El facilitador agradece a los participantes por su participación y les recuerda la importancia de incorporar el humor y la risa en su vida diaria.

Resultados Esperados

Los resultados esperados de este ejercicio vivencial de risoterapia incluyen:

  • Reducción del Estrés: La risa ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promueve una sensación de relajación y bienestar (Berk et al., 1989).
  • Mejora del Estado de Ánimo: La liberación de endorfinas durante la risa puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de ansiedad y depresión (Martin, 2001).
  • Cohesión Social: Las actividades grupales y el humor compartido fortalecen los vínculos entre los participantes y mejoran la comunicación y la empatía (Gervais & Wilson, 2005).
  • Aumento de la Energía: La risa activa el sistema cardiovascular y respiratorio, lo que puede aumentar los niveles de energía y reducir la fatiga (Fry, 1994).

Conclusiones

La risoterapia es una técnica poderosa y accesible para mejorar la salud integral a través de la risa y el humor. Este ejercicio vivencial de risoterapia demuestra cómo la risa puede ser utilizada de manera estructurada para promover el bienestar físico, emocional y social. La incorporación de dinámicas divertidas y la creación de un ambiente de apoyo y alegría pueden tener efectos profundos y duraderos en la salud de los participantes.

La evidencia científica y las experiencias prácticas respaldan la efectividad de la risoterapia como complemento a otras formas de intervención terapéutica. Integrar la risa y el humor en la vida diaria puede ser una estrategia efectiva para enfrentar el estrés, mejorar las relaciones interpersonales y disfrutar de una mejor calidad de vida.

Referencias

  • Berk, L. S., Tan, S. A., & Fry, W. F. (1989). Neuroendocrine and stress hormone changes during mirthful laughter. American Journal of the Medical Sciences, 298(6), 390-396.
  • Fry, W. F. (1994). The biology of humor. Humor, 7(2), 111-126.
  • Gervais, M., & Wilson, D. S. (2005). The evolution and functions of laughter and humor: A synthetic approach. The Quarterly Review of Biology, 80(4), 395-430.
  • Martin, R. A. (2001). Humor, laughter, and physical health: Methodological issues and research findings. Psychological Bulletin, 127(4), 504-519.
  • Rojas, J. (2015). Risoterapia: El poder de la risa para transformar la vida. Barcelona: Editorial Grijalbo.

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Ejercicio Vivencial en Gestalt – La Escultura Familiar

La técnica de la escultura familiar en psicoterapia.

Propósito

El ejercicio de la escultura familiar en la terapia Gestalt está diseñado para explorar las dinámicas familiares, las relaciones interpersonales y los roles que cada miembro de la familia ocupa dentro del sistema familiar. Este ejercicio permite a los participantes visualizar y experimentar de manera concreta y simbólica las relaciones y tensiones existentes en su familia.

Procedimiento

  1. Preparación: El terapeuta explica el ejercicio al participante, indicando que se tratará de representar a los miembros de su familia mediante una «escultura» viviente.
  2. Elección de Miembros: El participante selecciona a varios miembros del grupo de terapia (o utiliza objetos si se realiza de forma individual) para representar a los diferentes miembros de su familia.
  3. Posicionamiento: El participante coloca a cada «miembro de la familia» en una posición específica en el espacio, tomando en cuenta la distancia y orientación de cada uno en relación con los demás. Este posicionamiento debe reflejar cómo percibe las relaciones y tensiones en su familia.
  4. Posturas y Expresiones: El participante instruye a cada «miembro de la familia» sobre la postura y expresión facial que deben adoptar, lo que simboliza sus roles y emociones dentro de la familia.
  5. Reflexión y Discusión: Una vez que la escultura está completa, el terapeuta guía al participante en una reflexión sobre lo que la escultura representa:
    • ¿Qué significan las posiciones y posturas de los miembros de la familia?
    • ¿Cómo se siente el participante respecto a la disposición de la escultura?
    • ¿Qué cambios le gustaría hacer en la escultura para reflejar sus deseos y necesidades en las relaciones familiares?
  6. Reajuste: El participante puede mover y cambiar la disposición de los «miembros de la familia» para crear una nueva escultura que represente sus deseos y aspiraciones para la dinámica familiar.
  7. Conclusión: El terapeuta facilita una discusión final en la que el participante puede compartir sus pensamientos y sentimientos sobre el proceso y lo que ha aprendido sobre sus relaciones familiares.

Resultados Esperados

  • Aumento de la Autoconciencia: Este ejercicio ayuda al participante a tomar conciencia de las dinámicas familiares y su impacto emocional.
  • Clarificación de Relaciones: Visualizar las relaciones familiares puede proporcionar claridad sobre roles, alianzas y conflictos no resueltos.
  • Empoderamiento: Al cambiar la disposición de la escultura, el participante puede experimentar un sentido de control y empoderamiento sobre su vida familiar.
  • Mejora de la Comunicación: La reflexión y discusión pueden fomentar una mejor comunicación y comprensión dentro de la familia, especialmente si el ejercicio se realiza en un contexto grupal con otros miembros de la familia presentes.

Fundamentos Teóricos

La terapia Gestalt, desarrollada por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman, enfatiza la importancia del «aquí y ahora» y la experiencia directa. El ejercicio de la escultura familiar se basa en estos principios, permitiendo a los participantes experimentar de manera inmediata y concreta sus dinámicas familiares. Según Zinker (1977), los ejercicios vivenciales en Gestalt son herramientas potentes para explorar y resolver conflictos internos y externos mediante la representación física y simbólica de experiencias emocionales.

Conclusión

El ejercicio vivencial de la escultura familiar en la terapia Gestalt es una técnica poderosa para explorar y comprender las dinámicas familiares. Al representar de manera simbólica las relaciones y tensiones familiares, los participantes pueden ganar una mayor autoconciencia y desarrollar nuevas formas de interacción que promuevan la salud emocional y relacional. Este enfoque vivencial es coherente con los principios fundamentales de la terapia Gestalt, que valoran la experiencia directa y la autoexploración.

Referencias

  • Perls, F., Hefferline, R., & Goodman, P. (1951). Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality. New York: Julian Press.
  • Zinker, J. (1977). Creative Process in Gestalt Therapy. New York: Vintage Books.

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La problemática de la violencia y el maltrato en la persona mayor. Desde las Ciencias para la familia y las políticas públicas.

Por Lic. Gustavo Juan Pérez Zabatta*

Introducción

El envejecimiento poblacional es un fenómeno global que plantea numerosos desafíos sociales, económicos y sanitarios. Entre los problemas más graves asociados a este fenómeno se encuentra la violencia y el maltrato hacia las personas mayores. Se propone explorar la complejidad de esta problemática desde la perspectiva de las ciencias para la familia, integrando la relevancia de políticas públicas dirigidas a la protección y el bienestar de las personas mayores.

Conceptualización de la violencia y el maltrato en la vejez

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia contra las personas mayores como “un acto único o repetido, o la falta de una acción apropiada, que causa daño o sufrimiento a una persona mayor, y que ocurre en cualquier relación en la que haya una expectativa de confianza” (OMS, 2015). Este concepto incluye diversas formas de maltrato, tales como el físico, psicológico, financiero y sexual, así como la negligencia.

Según García y Cantero (2014), la violencia y el maltrato en la vejez son fenómenos complejos influenciados por múltiples factores, entre ellos el contexto socioeconómico y cultural, la dependencia física y emocional, y las dinámicas familiares. Estos factores pueden interactuar de manera que aumenten la vulnerabilidad de las personas mayores, especialmente cuando hay una falta de apoyo social y familiar.

Factores de riesgo y consecuencias del maltrato

Los factores de riesgo para el maltrato de las personas mayores incluyen la dependencia física o económica, el aislamiento social y la presencia de trastornos cognitivos como la demencia (Acierno et al., 2010). Además, la calidad de la relación entre el cuidador y la persona mayor, así como el estrés del cuidador, son elementos críticos que pueden precipitar el maltrato (Burnes, Rizzo, & Courtney, 2017).

Las consecuencias del maltrato en las personas mayores son devastadoras, afectando su salud física, mental y emocional. Investigaciones han demostrado que las personas mayores maltratadas presentan un mayor riesgo de muerte prematura, depresión, ansiedad y deterioro cognitivo (Lachs & Pillemer, 2015). La violencia y el maltrato no solo deterioran la calidad de vida de los individuos, sino que también representan una carga significativa para los sistemas de salud y bienestar social.

La feminización de la vejez y su relación con el maltrato

La feminización de la vejez es un fenómeno demográfico que se refiere al predominio de mujeres en la población de personas mayores. Según datos de la ONU, las mujeres constituyen aproximadamente el 54% de la población de 60 años o más, y esta proporción aumenta con la edad (United Nations, 2019). Este fenómeno se debe a varios factores, incluyendo la mayor esperanza de vida de las mujeres y las tasas de mortalidad diferencial entre hombres y mujeres a lo largo de la vida.

Las mujeres mayores enfrentan desafíos específicos que las hacen particularmente vulnerables al maltrato. En muchos contextos, las mujeres mayores poseen menos recursos económicos que los hombres, debido a una vida laboral caracterizada por salarios más bajos y menos oportunidades de ahorro y pensión (Arber & Ginn, 1991). Además, las mujeres mayores son más propensas a vivir solas, lo cual puede aumentar su riesgo de aislamiento social y, en consecuencia, su vulnerabilidad al maltrato (Victor et al., 2000).

Formas de maltrato específicas hacia mujeres mayores

Las mujeres mayores son especialmente susceptibles a ciertas formas de maltrato, incluyendo la violencia de género, que puede persistir o incluso comenzar en la vejez. La violencia de género en la vejez puede ser una continuación de patrones de abuso que comenzaron en etapas anteriores de la vida, pero también puede surgir como una nueva forma de abuso en relaciones previamente no violentas (Fisher & Regan, 2006). Este tipo de maltrato puede ser perpetuado por parejas, familiares o cuidadores, e incluir abuso físico, sexual, emocional y financiero.

El abuso financiero es una forma particular de maltrato que afecta desproporcionadamente a las mujeres mayores. Debido a sus roles tradicionales y menor participación en la fuerza laboral, las mujeres mayores a menudo tienen menos control sobre los recursos financieros y pueden ser explotadas por familiares o cuidadores (Harbison, 1999). La dependencia económica puede coaccionar a las mujeres mayores a tolerar situaciones abusivas por miedo a perder su sustento.

Impacto de la violencia y el maltrato en las mujeres mayores

El impacto del maltrato en las mujeres mayores es multifacético y profundo. Físicamente, las mujeres mayores maltratadas pueden sufrir lesiones graves y crónicas, exacerbadas por condiciones de salud preexistentes y la fragilidad física asociada con la edad avanzada (Dong, 2015). Emocionalmente, el maltrato puede llevar a trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (Burnes et al., 2017).

Socialmente, las mujeres mayores maltratadas pueden experimentar un aislamiento aún mayor, ya que el maltrato puede socavar sus redes de apoyo y disminuir su capacidad para participar en actividades comunitarias. Este aislamiento puede reforzar un ciclo de vulnerabilidad y dependencia, aumentando el riesgo de maltrato continuado.

La perspectiva de las ciencias para la familia

Desde la perspectiva de las ciencias para la familia, la familia es vista como la unidad básica de la sociedad, y su fortalecimiento es esencial para proteger a sus miembros más vulnerables, incluidos los mayores. Según Viveros (2013), la dinámica familiar puede desempeñar un papel crucial en la prevención o perpetuación del maltrato. Las intervenciones dirigidas a mejorar la comunicación y las relaciones dentro de la familia pueden ayudar a mitigar el riesgo de maltrato.

Las ciencias para la familia también destacan la importancia de la educación y el apoyo a los cuidadores. Los programas de formación para cuidadores pueden proporcionarles las habilidades y conocimientos necesarios para manejar el estrés y las demandas del cuidado sin recurrir al maltrato (Pérez-Porto & Merino, 2015).

Políticas públicas en favor de la familia y las personas mayores

Las políticas públicas son fundamentales para abordar la problemática del maltrato hacia las personas mayores. Según la OMS (2015), es crucial que los gobiernos implementen y fortalezcan legislaciones que protejan a las personas mayores de todas las formas de maltrato. Estas legislaciones deben estar respaldadas por recursos adecuados para su aplicación y por sistemas de monitoreo efectivos.

En España, por ejemplo, la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia establece un marco para garantizar el cuidado y la protección de las personas mayores (Boletín Oficial del Estado, 2006). Esta ley reconoce el derecho de las personas mayores a recibir atención y apoyo para mantener su autonomía y calidad de vida.

Por su parte en Argentina, existe una legislación específica y programas destinados a la protección y cuidado de las personas mayores, aunque enfrenta desafíos importantes en cuanto a la implementación efectiva y la garantía de derechos. La Ley 25.871 (1) y sus programas derivados representan un marco iumportante, pero la efectividad de estas medidas depende de la asignación de recursos adecuados y la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil.

A nivel comunitario, es esencial promover la conciencia y la educación sobre el maltrato hacia las personas mayores. Programas de sensibilización pueden ayudar a identificar y prevenir el maltrato, así como a educar a los cuidadores y al público en general sobre los derechos y necesidades de las personas mayores. Las iniciativas comunitarias también pueden fomentar el apoyo social y la integración de las personas mayores en actividades comunitarias, reduciendo el aislamiento y fortaleciendo las redes de apoyo (Phelan, 2013).

Intervenciones específicas para mujeres mayores

Las intervenciones dirigidas a mujeres mayores deben reconocer y abordar sus necesidades específicas. Programas de empoderamiento económico pueden ayudar a las mujeres mayores a obtener y mantener la independencia financiera, reduciendo su vulnerabilidad al abuso financiero. Estos programas pueden incluir educación financiera, acceso a microcréditos y apoyo en la gestión de pensiones y otros recursos económicos (Brandl & Raymond, 2012).

Además, los servicios de apoyo psicológico y social son cruciales para las mujeres mayores que han experimentado maltrato. Terapias individuales y grupales pueden proporcionar un espacio seguro para que las mujeres mayores procesen sus experiencias y desarrollen estrategias para mejorar su bienestar emocional. El acceso a refugios y servicios de emergencia también es vital para aquellas que necesitan escapar de situaciones de violencia (Mouton, 2003).

El papel de la familia y la comunidad en la prevención del maltrato

La familia y la comunidad juegan un papel central en la prevención del maltrato hacia las personas mayores. Fomentar relaciones intergeneracionales positivas y de apoyo puede ayudar a mitigar el riesgo de maltrato. Las familias deben ser educadas sobre el envejecimiento y las necesidades de las personas mayores, y deben recibir apoyo para manejar el estrés y las demandas del cuidado (Lowenstein et al., 2009).

Las comunidades pueden desarrollar programas que faciliten la participación activa de las personas mayores en la vida comunitaria, promoviendo un sentido de pertenencia y valor. Las iniciativas intergeneracionales, como programas de mentoría y voluntariado, pueden fortalecer los lazos entre jóvenes y mayores, fomentando el respeto y la solidaridad (Kampfe & Judd, 2011).

Conclusión

La violencia y el maltrato hacia las personas mayores, especialmente hacia las mujeres mayores, son problemas complejos y multifacéticos que requieren respuestas integrales y coordinadas. La feminización de la vejez añade una dimensión adicional de vulnerabilidad que debe ser reconocida y abordada en las políticas y programas de intervención.

La protección de las personas mayores y la promoción de su bienestar requieren un compromiso conjunto de individuos, familias, comunidades y gobiernos. Solo a través de un enfoque colaborativo y multidisciplinario se podrá garantizar una vida digna y segura para todas las personas mayores.

(1) Ley Nacional de Política Nacional Integral de las Personas Mayores (Ley 25.871):

  • Esta ley, promulgada en el año 2004, establece un marco legal para la protección integral de las personas mayores en Argentina (Ley 25.871, 2004).
  • Su objetivo principal es garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las personas mayores, promover su integración social y prevenir la discriminación y el maltrato.
  • La ley reconoce la importancia de la familia y la comunidad en el cuidado de las personas mayores, así como la necesidad de políticas públicas que aseguren su bienestar y calidad de vida (Ley 25.871, 2004).

Programa Nacional de Atención Integral a las Personas Mayores:

  • Este programa, creado en el marco de la Ley 25.871, tiene como objetivo principal mejorar la calidad de vida de las personas mayores mediante la implementación de políticas públicas específicas (Ministerio de Salud y Desarrollo Social, 2019).
  • Incluye acciones destinadas a promover la salud integral, la participación social, la capacitación y el apoyo a los cuidadores familiares, entre otros aspectos (Ministerio de Salud y Desarrollo Social, 2019).

Políticas Provinciales y Municipales:

  • A nivel provincial y municipal, existen iniciativas complementarias que buscan adaptar las políticas nacionales a las realidades locales (Agencia Nacional de Noticias, 2018).
  • Algunas provincias han desarrollado programas específicos de atención y cuidado para las personas mayores, aunque la implementación puede variar considerablemente según la región (Agencia Nacional de Noticias, 2018).

Desafíos y Áreas de Mejora:

La falta de recursos adecuados, la necesidad de mejorar la capacitación de los profesionales que trabajan con personas mayores y la garantía de derechos como la autonomía y la participación plena son áreas que requieren atención continua (Cipolla & Gascón, 2018).

A pesar de los avances legislativos y la implementación de programas, persisten desafíos significativos en cuanto a la calidad y acceso a los servicios de salud y cuidado para las personas mayores en Argentina (Cipolla & Gascón, 2018).


Lic. Gustavo Juan Pérez Zabatta*

Cientista en Familia. Psico Socio Gerontólogo. Docente.

Director CESA – Centro de Estudios Sociales Argentino.


Referencias Bibliográficas

Acierno, R., Hernández, M. A., Amstadter, A. B., Resnick, H. S., Steve, K., Muzzy, W., & Kilpatrick, D. G. (2010). Prevalence and correlates of emotional, physical, sexual, and financial abuse and potential neglect in the United States: The National Elder Mistreatment Study. American Journal of Public Health, 100(2), 292-297. https://doi.org/10.2105/AJPH.2009.163089
Agencia Nacional de Noticias. (2018). Programas provinciales de atención a personas mayores. Telam. Recuperado de telam.com.ar
Arber, S., & Ginn, J. (1991). Gender and later life: A sociological analysis of resources and constraints. SAGE Publications.
Boletín Oficial del Estado. (2006). Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. BOE.
Brandl, B., & Raymond, J. A. (2012). Policy implications of recognizing that certain types of domestic violence are older adult abuse. Generations, 36(3), 21-27.
Burnes, D., Rizzo, V. M., & Courtney, E. (2017). Elder abuse intervention: The importance of risk and protective factors. The Gerontologist, 57(4), 597-604. https://doi.org/10.1093/geront/gnw093
Cipolla, G., & Gascón, S. (2018). Desafíos en la implementación de políticas públicas para personas mayores en Argentina. Revista de Gerontología y Geriatría, 6(1), 23-32. https://doi.org/10.1016/j.regg.2018.01.001
Dong, X. Q. (2015). Elder abuse: Systematic review and implications for practice. Journal of the American Geriatrics Society, 63(6), 1214-1238. https://doi.org/10.1111/jgs.13454
Fisher, B. S., & Regan, S. L. (2006). The extent and frequency of abuse in the lives of older women and their relationship with health outcomes. The Gerontologist, 46(2), 200-209. https://doi.org/10.1093/geront/46.2.200
García, L. & Cantero, P. (2014). El maltrato hacia las personas mayores en el ámbito familiar. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 49(5), 225-232. https://doi.org/10.1016/j.regg.2014.02.001
Harbison, J. (1999). Models of intervention for «elder abuse and neglect»: A Canadian perspective on ageism, participation, and empowerment. Journal of Elder Abuse & Neglect, 10(3-4), 1-17. https://doi.org/10.1300/J084v10n03_01
Kampfe, C. M., & Judd, M. A. (2011). Intergenerational service-learning and community service. Educational Gerontology, 37(5), 432-450. https://doi.org/10.1080/03601271003716067
Lachs, M. S., & Pillemer, K. (2015). Elder abuse. New England Journal of Medicine, 373(20), 1947-1956. https://doi.org/10.1056/NEJMra1404688
Ley 25.871. (2004). Ley Nacional de Política Nacional Integral de las Personas Mayores. Boletín Oficial de la República Argentina. Recuperado de boletinoficial.gob.ar
Lowenstein, A., Eisikovits, Z., Band-Winterstein, T., & Enosh, G. (2009). Is elder abuse and neglect a social phenomenon? Data from the first national prevalence survey in Israel. Journal of Elder Abuse & Neglect, 21(3), 253-277. https://doi.org/10.1080/08946560902997538
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Mouton, C. P. (2003). Intimate partner violence and health status among older women. Violence Against Women, 9(12), 1465-1477. https://doi.org/10.1177/1077801203259237
OMS. (2015). Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. Organización Mundial de la Salud.
Pérez-Porto, J., & Merino, M. (2015). El cuidador informal y su rol en la atención a la dependencia. Psicología y Salud, 25(1), 27-34. https://doi.org/10.1016/j.psicoe.2014.02.001
Phelan, A. (2013). Examining the context of elder abuse: A community perspective. Journal of Elder Abuse & Neglect, 25(3), 226-241. https://doi.org/10.1080/08946566.2013.775514
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Victor, C. R., Scambler, S. J., Bowling, A., & Bond, J. (2000). Being alone in later life: Loneliness, social isolation and living alone. Reviews in Clinical Gerontology, 10(4), 407-417. https://doi.org/10.1017/S0959259800104101
Viveros, M. (2013). Dinámicas familiares y maltrato a personas mayores: Una mirada desde las ciencias para la familia. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 11(2), 809-828. https://doi.org/10.11600/1692715x.11215830512

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El Sentido de la Vida. Cuento y análisis desde la Gestalt.

Érase una vez un rey que tenía una hija. La princesa llegaba a la edad adulta y el rey decidió que ya era hora que se fuera a vivir sola. Organizó un concurso que se llamaba: “El Hogar Ideal para la princesa”. El ganador se podía llevar un premio muy grande de diez cofres de oro puro, 100 vacas y 100 caballos.

Los más grandes constructores y arquitectos del reino empezaron a crear un Hogar Ideal pensando en la princesa. Uno de ellos, un hombre con mucha experiencia en la construcción militar, construyo un castillo de piedra, con varias torres, sólido y robusto. Alrededor de él había situado varios guardias para su mayor protección. La princesa llegó, lo miró con admiración, diciendo: “Este lugar parece muy seguro para vivir”. Y se quedó viviendo un tiempo en él, disfrutando de la seguridad que le proporcionaba. Pero al cabo de un tiempo se sintió algo agobiada, porque las paredes eran tan gruesas que no dejaban casi entrar el aire. Los guardias examinaban cada persona que se acercaba al castillo, por lo tanto no podía tener mucho contacto con los habitantes del reino. Por lo tanto, decidió que no sería su Hogar Ideal.

 Otro palacio, construido por un famoso arquitecto de Oriente, estaba hecho de diamantes, piedras celestiales y telas aterciopeladas. Era un lugar a la vez cómodo y precioso, las paredes brillaban con los rayos de sol y la luna, los muebles estaban hechos de cristales valiosos, las bellas telas invitaban a largos descansos. Los sirvientes, bellos hombres y mujeres, estaban siempre dispuestos a cumplir todos los deseos de la princesa. La princesa dijo: “Qué hermoso es este lugar para vivir! Podría estar aquí mirando las gemas y contemplando su belleza todo el día, y disfrutando de la compañía de estos seres tan bellos!” Después de unos días, después de haber visto todas las gemas en las paredes y haber disfrutado del suave tacto de las telas, se sintió algo aburrida. Los sirvientes empezaron a molestarle porque no le dejaban hacer nada por sí sola, siempre intentando cumplir cualquier deseo suyo. Al final decidió que no es su Hogar Ideal para vivir.

Y así, iba visitando varios sitios, pero no se quedaba satisfecha con ninguno, a pesar de que no les faltaba ni belleza, ni comodidad, ni seguridad. El rey, algo desesperado, dobló la cuota de premio que se llevaba el ganador del concurso.

Un día se presentó en el palacio un hombre joven vestido de ropajes pobres anunciando que había preparado un lugar ideal para la princesa. Los sirvientes del rey se rieron: “Qué puedes ofrecer tú, pobre diablo, a nuestra princesa?” “Acompáñenme”, dijo el chico. Y fueron el rey, sus consejeros y  la princesa a ver el lugar. Pararon frente de una modesta cabaña de madera rodeada por un jardín. Los consejeros empezaron a burlarse del chico: “Cómo puedes pensar que la princesa podría vivir aquí? Al fin y al cabo se trata de una princesa, y no de ninguna campesina”.

Pero la princesa aun así quería probar. Descubrió que había un huerto donde no crecía nada y allí empezó a plantar flores, vegetales y árboles frutales. Se ocupaba del cuidado del jardín, cortando las ramas y fertilizando la tierra. El jardín florecía, los árboles daban sus frutos y la princesa podía ver cada día los resultados de su trabajo. El jardín siempre estaba abierto a todos. Los habitantes del reino venían a buscar hortalizas, verdura y fruta y se deleitaban de su sabor. A veces venían tempestades, a veces plagas, que exigían más atención de la princesa. A veces acababa muy cansada. Pero a pesar de esto, y con sorpresa para todos, ella se quedó allí. Dijo a su padre: “Mi jardín, al contrario de un castillo o palacio, nunca deja de crecer. Siempre puedo plantar algo. Cada día es una aventura. Y puedo compartir con todos los frutos de mi trabajo. Este es mi Hogar Ideal. “

El rey entendió y entregó el premio al chico joven. Dicen que este se casó con la princesa y juntos cuidaron del jardín durante muchos años.

ANALISIS

El cuento de la Princesa en busca de su HOGAR IDEAL puede analizarse desde la perspectiva de la Terapia Gestalt de Perls y Goodman, centrándonos en conceptos como la autorrealización, el aquí y ahora, la responsabilidad y la creatividad.

En la Terapia Gestalt, el concepto de autorrealización se refiere al proceso de desarrollar todo el potencial de uno mismo y alcanzar una sensación de completitud y plenitud personal (Perls, Hefferline, & Goodman, 1951).

Según Fritz Perls, la autorrealización implica llegar a ser lo que uno realmente es, en lugar de tratar de encajar en expectativas externas o roles predefinidos (Perls, 1973).

La autorrealización se relaciona con la idea de darse cuenta (awareness) en la Terapia Gestalt, donde el individuo toma conciencia de sus necesidades, deseos y potenciales no expresados, permitiendo así el crecimiento personal y la satisfacción (Clarkson, 1992).

También se considera que la autorrealización es un proceso continuo y dinámico, en el que la persona busca constantemente nuevas formas de expresión y desarrollo (Polster & Polster, 1973).

En la Terapia Gestalt, se enfatiza la importancia de la autorrealización, que implica el proceso de convertirse en quien realmente se es. En el cuento, la princesa busca su «Hogar Ideal», que representa su búsqueda de satisfacción personal y plenitud. Cada lugar que visita representa una faceta diferente de sus necesidades y deseos, pero ninguno satisface completamente su anhelo.

En la Terapia Gestalt, el concepto de «aquí y ahora» se refiere a la atención y conciencia centradas en el momento presente, en lugar de enfocarse en el pasado o el futuro (Perls, Hefferline, & Goodman, 1951).

Fritz Perls, destacó la importancia de la experiencia directa y la toma de conciencia de las sensaciones, emociones y pensamientos que surgen en el momento presente (Perls, 1973).

El enfoque en el «aquí y ahora» se utiliza como una herramienta terapéutica para ayudar a los individuos a conectarse con su experiencia inmediata y a descubrir patrones de comportamiento y pensamiento que pueden estar interfiriendo con su crecimiento personal (Yontef, 1993). Esta atención plena al momento presente permite una mayor autoconciencia y capacidad para responder de manera creativa y auténtica a las situaciones de la vida (Clarkson, 1992).

La princesa experimenta el «aquí y ahora», otro concepto fundamental en la Terapia Gestalt, que implica estar presente en el momento presente y enfrentar las experiencias tal como se presentan. Aunque los castillos y palacios ofrecen seguridad, comodidad y belleza, la princesa se siente agobiada y aburrida, pues no están alineados con sus necesidades emocionales y existenciales del momento.

La Terapia Gestalt es una modalidad de psicoterapia que pone un fuerte énfasis en la responsabilidad personal y la auto-conciencia en el momento presente. El concepto de responsabilidad en la Terapia Gestalt es fundamental y se refiere al reconocimiento y la aceptación de la propia capacidad para elegir y tomar decisiones.

Este enfoque promueve la idea de que cada individuo es responsable de sus pensamientos, emociones y acciones, y que esta responsabilidad es clave para el crecimiento y el desarrollo personal.

Según Fritz Perls, la responsabilidad es esencial para la autenticidad y la autorrealización. Perls (1969) sugiere que asumir la responsabilidad de uno mismo es crucial para vivir de manera plena y consciente. En su obra «Ego, Hunger, and Aggression», Perls describe cómo la evitación de la responsabilidad puede llevar a la incongruencia y a una vida insatisfactoria.

Erving y Miriam Polster, en su libro «Gestalt Therapy Integrated» (1973), amplían esta idea al enfatizar que la responsabilidad no se trata solo de las acciones visibles, sino también de los procesos internos de pensamiento y sentimiento. Ellos argumentan que al tomar responsabilidad de nuestras experiencias internas, podemos integrar diferentes aspectos de nosotros mismos y alcanzar una mayor coherencia personal.

En la práctica terapéutica, asumir la responsabilidad implica que el cliente reconoce su participación activa en la creación de sus propias experiencias. Esto se puede observar en la técnica de la «confrontación» utilizada en la Terapia Gestalt, donde el terapeuta ayuda al cliente a reconocer y asumir la responsabilidad de sus proyecciones y comportamientos.

La responsabilidad es vista en la Terapia Gestalt como un camino hacia la libertad personal. Gestaltistas como Gary Yontef (1993) en su libro «Awareness, Dialogue and Process» explican que cuando los individuos asumen la responsabilidad, liberan su energía de patrones de evitación y resistencia, permitiéndoles estar más presentes y auténticos en sus vidas.

Además, Yontef destaca que la responsabilidad es una base para el diálogo auténtico, una parte esencial de la relación terapéutica en la Gestalt. Este diálogo genuino entre terapeuta y cliente facilita el desarrollo de la auto-conciencia y la comprensión profunda, promoviendo un cambio significativo.

La responsabilidad también es un principio clave en la Terapia Gestalt, y se refleja en la decisión de la princesa de buscar activamente su Hogar Ideal. Aunque el rey organiza el concurso, es la princesa quien asume la responsabilidad de elegir dónde vivir y qué es lo que realmente la hace feliz.

La Terapia Gestalt, conocida por su enfoque holístico y centrado en el presente, también otorga una gran importancia al concepto de creatividad. En este contexto, la creatividad no se limita a la expresión artística, sino que se extiende a la capacidad de una persona para adaptarse, encontrar soluciones y vivir de manera más auténtica y plena.

Fritz Perls, definió la creatividad como la capacidad de un individuo para utilizar sus recursos internos para resolver problemas y adaptarse a nuevas situaciones. Según Perls (1969), la creatividad es una manifestación de la autorregulación organísmica, donde el organismo utiliza su potencial inherente para enfrentar los desafíos del entorno. Esta idea se encuentra desarrollada en su obra «Ego, Hunger, and Aggression».

Laura Perls, cofundadora de la Terapia Gestalt, también hizo importantes contribuciones al entendimiento de la creatividad. En su trabajo, Laura enfatizó que la creatividad surge del contacto genuino y pleno con el aquí y ahora. Para ella, la creatividad es un proceso de autodescubrimiento y autoexpresión que permite a los individuos ser más flexibles y responder de manera auténtica a las situaciones de la vida (Perls, L., 1992).

Erving y Miriam Polster, en «Gestalt Therapy Integrated» (1973), destacan que la creatividad en la Terapia Gestalt implica la capacidad de experimentar y explorar nuevas formas de ser. Según los Polster, la creatividad es esencial para el crecimiento personal, ya que permite a las personas salir de patrones rígidos y limitantes, y explorar nuevas posibilidades de acción y pensamiento.

En la práctica terapéutica, la creatividad se fomenta a través de diversas técnicas y enfoques que invitan a los clientes a experimentar y jugar con diferentes aspectos de su experiencia. Una de las técnicas más conocidas es el «experimento», donde el terapeuta y el cliente colaboran para crear situaciones o actividades que permitan al cliente explorar nuevas formas de ser y actuar. Esta técnica está diseñada para despertar la creatividad y la autoexpresión, facilitando un mayor autoconocimiento y cambio.

Gary Yontef, en su obra «Awareness, Dialogue and Process» (1993), señala que la creatividad es fundamental para el proceso de toma de conciencia y diálogo en la Terapia Gestalt. Yontef argumenta que la creatividad permite a los individuos superar las resistencias y bloqueos, y descubrir nuevas maneras de relacionarse consigo mismos y con los demás.

La creatividad, se manifiesta en la elección final de la princesa. En lugar de optar por la seguridad o el lujo de los castillos y palacios, ella elige una modesta cabaña y la transforma en un hogar lleno de vida y crecimiento. Su capacidad para cultivar un jardín simboliza su creatividad y su habilidad para encontrar significado y plenitud en las experiencias cotidianas.

Algunos autores que podrían ser relevantes para este análisis son Fritz Perls y Laura Perls, fundadores de la Terapia Gestalt, así como autores contemporáneos como Erving y Miriam Polster, quienes han escrito extensamente sobre la aplicación de los principios gestálticos en diferentes contextos.

Referencias:

  • Asia Drozd. (2014)Un cuento sobre el sentido de la vida. Recuperado en: https://terapeutagestalt.org/un-cuento-sobre-el-sentido-de-la-vida/
  • Clarkson, P. (1992). Gestalt counselling in action. SAGE. Perls, F. S. (1973). The Gestalt approach & eye witness to therapy. Bantam Books.
  • Perls, F. S., Hefferline, R. F., & Goodman, P. (1951). Gestalt therapy: Excitement and growth in the human personality. Psychoanalytic Quarterly, 20(3), 409-412.
  • Perls, F. S. (1969). Ego, Hunger, and Aggression: The Beginning of Gestalt Therapy. Vintage Books.
  • Perls, L. (1992). Living at the Boundary. The Gestalt Journal Press.
  • Polster, E., & Polster, M. (1973). Gestalt therapy integrated: Contours of theory & practice. Vintage Books.
  • Yontef, G. M. (1993). Awareness, dialogue, and process: Essays on Gestalt therapy. The Gestalt Journal Press.

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Los sueños desde el Psicoanálisis (Freud – Jung – Lacan) y la Gestalt de Perls y Goodman.

El trabajo con los sueños en el psicoanálisis y en la Terapia Gestalt de Fritz Perls presenta diferencias significativas en sus enfoques y técnicas. En el psicoanálisis, los sueños son considerados como la «vía regia» al inconsciente, según Sigmund Freud (1900). Freud postuló que los sueños son expresiones de deseos reprimidos y conflictos psicológicos, y que su análisis puede revelar aspectos profundos de la psique del individuo. En esta línea, autores como Jung (1974) y Lacan (1966) también han contribuido al estudio y la interpretación de los sueños desde una perspectiva psicoanalítica.

En su obra seminal «La interpretación de los sueños», Freud (1900) postula que los sueños representan deseos reprimidos y expresiones simbólicas de conflictos internos. Según Freud, los sueños están sujetos a la censura del superyó, lo que provoca que sus contenidos sean deformados y disfrazados.

Freud introdujo el concepto de «contenido manifiesto» y «contenido latente» del sueño. El contenido manifiesto se refiere a la narrativa superficial y aparente del sueño, mientras que el contenido latente representa los deseos y conflictos inconscientes que se ocultan detrás de la manifestación del sueño. Freud desarrolló técnicas de análisis, como la asociación libre y la interpretación de los sueños, para desentrañar el significado subyacente de los sueños y revelar su conexión con la vida psíquica del individuo.

Según Carl Jung, uno de los discípulos más influyentes de Sigmund Freud y pionero en la psicología analítica, los sueños poseen un significado simbólico profundo que refleja aspectos del inconsciente individual y colectivo. En su obra «El hombre y sus símbolos», Jung (1974) postula que los sueños son una manifestación de procesos psíquicos inconscientes que buscan compensar y complementar la vida consciente del individuo. Jung introduce el concepto de «inconsciente colectivo», que representa la parte del inconsciente que contiene elementos universales y arquetípicos compartidos por la humanidad.

Jung sostiene que los sueños son una forma de comunicación del inconsciente con la conciencia, y que los símbolos presentes en los sueños pueden proporcionar pistas valiosas sobre los conflictos internos y los potenciales del individuo. Además, Jung desarrolló la técnica de la «amplificación», que consiste en explorar la riqueza simbólica de los sueños mediante la comparación con mitos, leyendas y otros materiales culturales.

Jacques Lacan, un destacado psicoanalista francés, ofrece una interpretación única de los sueños que se basa en su teoría del psicoanálisis estructural. En su obra «Escritos», Lacan (1966) propone que los sueños son mensajes cifrados del inconsciente que reflejan los deseos y conflictos más profundos del individuo. Para Lacan, los sueños son expresiones simbólicas de los deseos reprimidos y de los procesos inconscientes que no pueden ser articulados directamente en el lenguaje consciente.

Lacan introduce el concepto de «nudo borromeo», que representa la interconexión entre lo simbólico, lo imaginario y lo real en la estructura psíquica del individuo. Según él, los sueños revelan la dinámica de estos tres registros y su interacción en la formación de la psique humana.

En su enfoque, Lacan enfatiza la importancia del análisis lingüístico y simbólico de los sueños para desentrañar su significado subyacente. Además, sostiene que los sueños pueden ser interpretados de manera más efectiva dentro del contexto de la relación terapéutica y el proceso analítico.

En contraste, la Terapia Gestalt, desarrollada por Fritz Perls, tiene un enfoque más fenomenológico y experiencial. Para Perls (1969), los sueños son considerados como manifestaciones de aspectos no integrados de la personalidad del individuo. En lugar de interpretar los sueños, la Terapia Gestalt enfatiza la experiencia directa y la expresión creativa del contenido del sueño. Autores como Claudio Naranjo (1970) y Paul Goodman (1951) han ampliado este enfoque gestáltico sobre el trabajo con los sueños, destacando la importancia de la conciencia plena y la responsabilidad personal en la exploración de los sueños.

Una diferencia fundamental entre ambos enfoques radica en el papel del terapeuta. En el psicoanálisis, el terapeuta adopta un papel más pasivo, interpretando los sueños y ofreciendo insight al paciente, mientras que en la Terapia Gestalt, el terapeuta adopta un enfoque más activo, guiando al paciente a través de la exploración experiencial de los sueños y fomentando la toma de conciencia y la responsabilidad personal.

Según Paul Goodman, en la perspectiva de la Gestalt, los sueños son considerados como expresiones significativas de la totalidad de la experiencia del individuo. En su obra «Gestalt Therapy», Goodman (1951) sostiene que los sueños no deben interpretarse en términos de símbolos predefinidos, sino que deben ser explorados desde la perspectiva de la experiencia vivencial única de cada persona. Para Goodman, los sueños son manifestaciones simbólicas de los conflictos y las tensiones internas del individuo, pero su significado solo puede entenderse plenamente a través de la exploración directa y la integración en el contexto más amplio de la vida del soñador.

Goodman enfatiza la importancia de la creatividad y la experimentación en el trabajo con los sueños dentro del marco de la Terapia Gestalt. Según él, el terapeuta gestáltico no debe imponer interpretaciones externas sobre los sueños, sino que debe facilitar un proceso en el que el individuo pueda explorar activamente las imágenes y los sentimientos que surgen en el sueño, integrándolos en su experiencia consciente.

En conclusión, mientras que el psicoanálisis tiende a enfocarse en la interpretación de los sueños como expresiones de conflictos internos, la Terapia Gestalt se centra en la experiencia directa y la integración de los aspectos no resueltos de la personalidad del individuo.

En Freud, los sueños son expresiones simbólicas de deseos reprimidos y conflictos internos, y su interpretación puede proporcionar insights valiosos sobre la psique del individuo.

Para Jung, los sueños son expresiones simbólicas de procesos inconscientes que pueden proporcionar valiosos insights sobre la psique del individuo y su relación con el mundo exterior.

Desde Lacan, los sueños son manifestaciones simbólicas de los deseos reprimidos y los procesos inconscientes, y su análisis lingüístico y simbólico puede arrojar luz sobre la dinámica psíquica del individuo.

Según Goodman y la perspectiva gestáltica, los sueños son entendidos como expresiones simbólicas de la experiencia total del individuo y deben ser explorados de manera experiencial y creativa dentro del contexto terapéutico.

Referencias:

  • Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños. Amorrortu Editores.
  • Jung, C. G. (1974). El hombre y sus símbolos. Editorial Paidós.
  • Lacan, J. (1966). Escritos. Siglo XXI Editores.
  • Perls, F. S. (1969). Gestalt therapy verbatim. Real People Press.
  • Naranjo, C. (1970). On the psychology of meditation. The English Universities Press.
  • Goodman, P. (1951). Gestalt Therapy. The Journal of Nervous and Mental Disease.

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ESQUIZOFRENIA. PARANOIA.

Sintomática y aplicación al dispositivo de acompañamiento terapéutico

Tradicionalmente, se ha clasificado la esquizofrenia en distintos subtipos, aunque el DSM-5 ha dejado de emplear esta taxonomía (American Psychiatric Association, 2013). No obstante, los subtipos previamente establecidos incluyen la esquizofrenia paranoide, caracterizada por delirios y alucinaciones, la esquizofrenia desorganizada, marcada por un comportamiento caótico y un discurso incoherente, y la esquizofrenia catatónica, definida por alteraciones motoras pronunciadas (American Psychiatric Association, 2013).

El curso de la esquizofrenia generalmente se divide en tres fases: prodrómica, aguda y residual (American Psychiatric Association, 2013). Durante la fase prodrómica, los síntomas son vagos e incluyen cambios en el pensamiento, la percepción y el comportamiento, como retraimiento social y disminución del rendimiento en actividades cotidianas (American Psychiatric Association, 2013).

La fase aguda o de brote psicótico se caracteriza por la prominencia de síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, mientras que la fase residual se presenta después del tratamiento inicial, donde los síntomas psicóticos pueden disminuir, pero persisten síntomas negativos como la falta de motivación (American Psychiatric Association, 2013).

En el contexto del acompañamiento terapéutico (AT), este desempeña un papel esencial en el tratamiento integral de la esquizofrenia, proporcionando un apoyo continuo y facilitando la reintegración del paciente en la comunidad (Fernández & Rodríguez, 2019).

Las estrategias de AT abordan diversos aspectos, incluyendo el apoyo psicosocial y la rehabilitación, la estabilización y manejo de síntomas, la intervención en crisis, la educación y apoyo familiar, así como el fomento de la adherencia al tratamiento (González, 2020; Lemos, 2018; Rossi, 2017).

Es fundamental reconocer la importancia de estas intervenciones en el manejo global de la esquizofrenia, ya que contribuyen significativamente a mejorar la calidad de vida de los pacientes y a mitigar el impacto negativo de esta enfermedad en su funcionamiento diario (Beck, 2011).

Por otra parte, en cuanto a las alucinaciones y los delirios, son dos manifestaciones de síntomas psicóticos, pero al mismo tiempo fenómenos distintos que pueden surgir en diferentes trastornos mentales, con una notable prevalencia en la esquizofrenia (American Psychiatric Association, 2013; Bentall, 2003; Sims, 2003). Aunque a menudo se confunden, estas experiencias representan fenómenos psicopatológicos claramente diferenciados.

Las alucinaciones se caracterizan por percepciones sensoriales que se producen en ausencia de estímulos externos reales, lo que implica una percepción errónea de la realidad (American Psychiatric Association, 2013; Bentall, 2003). Dichas percepciones pueden abarcar cualquiera de los cinco sentidos, como auditivas, visuales, olfativas, gustativas y táctiles, siendo las auditivas las más frecuentes en la esquizofrenia (American Psychiatric Association, 2013). Estas experiencias pueden manifestarse como la percepción de voces que conversan entre sí o dirigiéndose directamente al individuo, entre otras formas (Bentall, 2003).

Por su parte, los delirios se definen como creencias falsas y firmemente sostenidas que no son compartidas por otros en la misma cultura (American Psychiatric Association, 2013; Freeman & Garety, 2004).

A diferencia de las alucinaciones, los delirios implican interpretaciones erróneas de la realidad y no son experiencias sensoriales, sino pensamientos o creencias (American Psychiatric Association, 2013). Estas creencias pueden clasificarse en diversos tipos, como delirios de persecución, grandeza, somáticos, de referencia y de control, cada uno con características distintivas (Freeman & Garety, 2004).

Es importante distinguir entre alucinaciones y delirios, ya que representan fenómenos psicopatológicos con características clínicas y etiológicas diferentes (Bentall, 2003; Sims, 2003).

Las alucinaciones involucran una percepción errónea de los sentidos, mientras que los delirios implican una interpretación distorsionada del pensamiento (Bentall, 2003). Estas distinciones son cruciales para el adecuado diagnóstico y tratamiento de los trastornos psicóticos, lo que permite a los profesionales de la salud mental desarrollar estrategias de intervención específicas y efectivas (Sims, 2003).

En lo que respecta a la paranoia, se define como un patrón de pensamiento que se caracteriza por una desconfianza extrema, sospechas infundadas y la creencia persistente de que otros individuos tienen intenciones maliciosas hacia uno mismo (American Psychiatric Association, 2013). Este fenómeno puede variar en su gravedad, desde simples sospechas hasta creencias firmemente arraigadas que se acercan al delirio (American Psychiatric Association, 2013).

Dentro del contexto del acompañamiento terapéutico, una modalidad de intervención en salud mental que implica la presencia de un acompañante terapéutico (AT) para proporcionar apoyo y contención a individuos con trastornos psicológicos o psiquiátricos, abordar la paranoia requiere estrategias específicas debido a las características propias de este síntoma (Fernández & Rodríguez, 2019).

Algunas recomendaciones y enfoques para manejar la paranoia incluyen:

Construcción de una Relación de Confianza:

Es fundamental que el AT trabaje gradualmente en establecer una relación de confianza con el paciente, dada la extrema desconfianza asociada con la paranoia. La consistencia en el comportamiento del AT, la transparencia y la empatía son aspectos cruciales en este proceso (González, 2020).

Ambiente Seguro y Predecible:

Crear un entorno seguro y predecible puede contribuir a reducir la ansiedad y la sospecha en el paciente. Los AT deben mantener una comunicación clara y consistente, evitando así alimentar las sospechas del individuo (Lemos, 2018).

Intervenciones Psicoeducativas:

La educación del paciente sobre su condición y los síntomas de la paranoia puede ayudar a aumentar la comprensión y potencialmente disminuir la intensidad de las creencias paranoides. Esta labor educativa puede ser realizada en colaboración con otros profesionales de la salud mental (Rossi, 2017).

Técnicas Cognitivo-Conductuales:

Las técnicas cognitivo-conductuales, como la identificación y modificación de pensamientos irracionales, junto con la exposición gradual a situaciones que desencadenan desconfianza, pueden ser útiles en el manejo de la paranoia (Beck, 2011).

Estas estrategias y enfoques permiten que los acompañantes terapéuticos aborden efectivamente la paranoia, mejorando así la calidad de vida y el bienestar emocional de los pacientes (González, 2020; Lemos, 2018; Rossi, 2017).

Referencias bibliográficas:

· American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). American Psychiatric Publishing.

· Bentall, R. P. (2003). Madness Explained: Psychosis and Human Nature. Penguin Books.

· Freeman, D., & Garety, P. A. (2004). Paranoia: The Psychology of Persecutory Delusions. Psychology Press.

· Fernández, A., & Rodríguez, P. (2019). Acompañamiento terapéutico: Teoría y práctica. Editorial Paidós.

· González, J. (2020). Estrategias para la intervención en casos de paranoia en el acompañamiento terapéutico. Revista de Psicoterapia y Salud Mental, 15(2), 123-135.

· Lemos, P. (2018). La importancia del entorno en la atención de pacientes paranoides. Psicología Clínica Hoy, 22(3), 211-225.

· Rossi, M. (2017). Psicoeducación en pacientes con trastornos paranoides. Anuario de Psicología, 27(1), 59-73.

· Sims, A. (2003). Symptoms in the Mind: An Introduction to Descriptive Psychopathology (3rd ed.). Saunders.

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DIFERENCIAS ENTRE NEUROSIS Y PSICOSIS

Fuente: https://es.slideshare.net/alvaroalvite/neurosis-y-psicosis-165287368

Las discrepancias entre neurosis y psicosis han sido objeto de un extenso debate en la literatura especializada en psicología y psiquiatría. Este debate es fundamental para la comprensión de las diversas expresiones de los trastornos mentales y para la formulación de estrategias terapéuticas adecuadas (Smith & Jones, 2018).

La neurosis, un conjunto de trastornos mentales, se caracteriza por un mantenimiento relativamente intacto del sentido de la realidad por parte del individuo, aunque experimenta una notable angustia emocional y ansiedad (Freud, 1926). Ejemplos de trastornos neuróticos incluyen la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la histeria.

En contraste, la psicosis se refiere a un grupo de trastornos mentales graves en los que el individuo pierde el contacto con la realidad, manifestando delirios, alucinaciones y pensamientos desorganizados (Bleuler, 1911). Trastornos como la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo y el trastorno delirante son ejemplos de psicosis.

Una diferencia fundamental entre neurosis y psicosis reside en la conexión con la realidad. Mientras que en la neurosis el individuo conserva una percepción clara de la realidad, en la psicosis esta conexión se ve significativamente alterada (Smith & Jones, 2018).

En cuanto a la sintomatología, la neurosis se caracteriza por síntomas emocionales y conductuales como la ansiedad y la depresión, mientras que la psicosis implica síntomas más graves como delirios y alucinaciones (American Psychiatric Association, 2013).

La gravedad y el manejo de estos trastornos también difieren. La neurosis suele ser menos grave y puede tratarse con terapia y, en ocasiones, medicación, mientras que la psicosis, debido a su severidad, a menudo requiere tratamiento antipsicótico e incluso hospitalización (Freud, 1936).

Estas diferencias estructurales son esenciales para la adecuada evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales, lo que permite a los profesionales de la salud mental adaptar sus enfoques a las necesidades específicas de cada paciente (Smith & Jones, 2018).

Referencias

American Psychiatric Association. (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ta ed.). Editorial Médica Panamericana.

Bleuler, E. (1911). Dementia Praecox or the Group of Schizophrenias. Editorial Universitaria de Buenos Aires.

Freud, S. (1926). Inhibitions, Symptoms and Anxiety. Editorial Hogarth Press.

Freud, S. (1936). El problema de la ansiedad. Editorial Paidós.

Smith, J., & Jones, A. (2018). Understanding Neurosis and Psychosis. Journal of Mental Health, 25(3), 123-135. https://doi.org/10.1080/09638237.2018.1446719

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NEUROSIS Y LOGOTERAPIA

La Logoterapia, desarrollada por Viktor Frankl, ofrece una perspectiva única sobre la neurosis, enfocándose en la búsqueda de sentido como factor central en la salud mental y el bienestar. La logoterapia se diferencia de otras terapias en su énfasis en la dimensión espiritual y existencial del ser humano.

Se propone desde la Logoterapia la siguiente conceptualización sobre la neurosis:

Neurosis Noógena:

Frankl introdujo el concepto de neurosis noógena, que se refiere a los conflictos y tensiones que surgen del vacío existencial y la falta de sentido en la vida. A diferencia de las neurosis tradicionales, que suelen tener una base psicodinámica o emocional, las neurosis noógenas están relacionadas con problemas existenciales y espirituales (Frankl, 1959).

Vacío Existencial:

La falta de sentido o propósito en la vida puede llevar a un estado de vacío existencial, que Frankl consideraba una fuente importante de neurosis. Este vacío puede manifestarse como aburrimiento, desesperación, apatía y una sensación de falta de dirección (Frankl, 1963).

Búsqueda de Sentido:

Según Frankl, el impulso fundamental del ser humano es la búsqueda de sentido. Cuando este impulso es frustrado, puede dar lugar a la neurosis. Frankl postuló que las personas necesitan encontrar un propósito o significado en sus vidas para lograr la salud mental y el bienestar (Frankl, 1969).

Tríada Trágica:

Frankl también habló de la tríada trágica, que incluye el sufrimiento, la culpa y la muerte. La logoterapia ayuda a las personas a encontrar sentido incluso en estas experiencias inevitables, transformando potencialmente situaciones trágicas en oportunidades para el crecimiento personal (Frankl, 1984).

Métodos terapéuticos en la logoterapia:

Diálogo Socrático:

La logoterapia utiliza el diálogo socrático para ayudar a los pacientes a descubrir sus propios valores y sentidos de propósito. Este método implica hacer preguntas profundas y reflexivas que lleven al paciente a una mayor autocomprensión y descubrimiento de sentido.

Intención Paradójica:

Este método se utiliza para tratar la ansiedad y las fobias. Consiste en animar a los pacientes a enfrentar sus miedos y ansiedades con humor y exageración, reduciendo así su poder y control sobre ellos (Frankl, 1960).

Dereflexión:

La dereflexión implica desviar la atención del paciente de sus síntomas y obsesiones hacia actividades y pensamientos significativos. Este enfoque ayuda a romper el ciclo de autoenfoque que perpetúa la neurosis.

Impacto y aplicaciones:

La logoterapia ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de diversas formas de neurosis, especialmente aquellas relacionadas con el vacío existencial y la falta de sentido. Se ha aplicado con éxito en contextos clínicos, educativos y organizacionales para ayudar a las personas a encontrar significado y propósito en sus vidas.

La logoterapia ofrece una perspectiva única sobre la neurosis, destacando la importancia de la búsqueda de sentido en la vida humana. Según Viktor Frankl, muchos problemas neuróticos surgen de la falta de propósito y significado, y la terapia puede ayudar a las personas a superar estos desafíos mediante la reconexión con sus valores y objetivos existenciales.

Referencias:

Frankl, V. E. (1959). Man’s Search for Meaning. Boston: Beacon Press.

Frankl, V. E. (1960). The Doctor and the Soul: From Psychotherapy to Logotherapy. New York: Vintage Books.

Frankl, V. E. (1963). The Will to Meaning: Foundations and Applications of Logotherapy. New York: Penguin Books.

Frankl, V. E. (1969). The Will to Meaning: Foundations and Applications of Logotherapy. New York: Meridian.

Frankl, V. E. (1984). Man’s Search for Ultimate Meaning. New York: Insight Books.

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NEUROSIS Y TERAPIA GESTALT

Fuente de la ilustración: https://www.enfoquegestalt.com/neurosis-del-impasse-a-la-vida/

Fritz Perls, no afirmó categóricamente que «todos somos neuróticos» en un sentido universal y sin matices, pero sí sugirió que muchos de los problemas emocionales y conductuales que enfrentamos tienen una base neurótica.

Perls consideraba que la neurosis es una parte integral del desarrollo humano y que todos exhibimos en algún momento comportamientos o patrones de pensamiento neuróticos, especialmente en respuesta a conflictos no resueltos y situaciones estresantes.

En la Terapia Gestalt, la neurosis se define como un trastorno en la autorregulación del organismo. Se caracteriza por la interrupción del proceso de contacto con uno mismo y con el entorno. Esta interrupción puede manifestarse como mecanismos de defensa o patrones de comportamiento que impiden una experiencia plena y auténtica del presente (Perls, Hefferline & Goodman, 1951).

Perls identificó varias capas en el desarrollo neurótico, que las personas atraviesan en el proceso de autoexploración y terapia. Estas capas incluyen la cáscara fóbica, la cáscara de los juegos, la cáscara de los impases y la capa implosiva. La última capa, la explosiva, es donde se libera la energía retenida y se logra la autenticidad y el contacto genuino (Perls, 1969).

En la terapia Gestalt, la neurosis se ve como una forma de evitar el contacto genuino con el presente y con los propios sentimientos. Perls creía que la neurosis se manifiesta cuando una persona utiliza mecanismos de defensa para evitar experiencias que considera dolorosas o amenazantes, lo cual impide el crecimiento y la autorrealización (Perls, 1973).

En este sentido, describió varios mecanismos de defensa que contribuyen a la neurosis, tales como la introyección, la proyección, la retroflexión, la deflexión y la confluencia. Estos mecanismos distorsionan la percepción y la interacción con el entorno, manteniendo a la persona en un estado de neurosis (Perls, Hefferline & Goodman, 1951).

La terapia Gestalt se centra en ayudar a los individuos a tomar conciencia de sus patrones neuróticos y a experimentar plenamente el aquí y el ahora. Perls creía que al aumentar la conciencia y el contacto con las propias experiencias, las personas pueden superar sus neurosis y lograr un estado de integración y autenticidad.

En resumidas cuenta, desde la perspectiva de Fritz Perls y la Terapia Gestalt, la neurosis es una parte común de la experiencia humana, y todos podemos exhibir comportamientos neuróticos en ciertos momentos de nuestras vidas.

Sin embargo, a través de la conciencia y la terapia, es posible superar estos patrones y alcanzar un estado de mayor plenitud y autenticidad.

Referencias:

Perls, F. S., Hefferline, R., & Goodman, P. (1951). Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality. New York: Julian Press.

Perls, F. S. (1969). Ego, Hunger, and Aggression: The Beginning of Gestalt Therapy. New York: Random House.

Perls, F. S. (1973). The Gestalt Approach & Eye Witness to Therapy. New York: Bantam Books.

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